Cuando hablamos de sostenibilidad, muchas veces pensamos en paneles solares, ciudades inteligentes o grandes acuerdos, pero lo más importante no comienza en las cumbres climáticas. Hablar de sostenibilidad y conseguir un impacto en la sociedad empieza en nuestras calles: donde esperamos el autobús, jugamos en el parque o quedamos con nuestros amigos y amigas.
Según ONU-Hábitat, un barrio sostenible se construye sobre cinco principios:
- Calles conectadas y accesibles, que fomenten la vida urbana y la movilidad peatonal.
- Alta densidad equilibrada, para que haya vida, servicios y cohesión social.
- Vivienda asequible y diversa, que permita convivir a familias distintas.
- Uso mixto del suelo, que el barrio no tenga un solo propósito, que no haya zonas exclusivamente de dormir y otras de trabajar, sino que se combinen para encontrar un equilibrio vital.
- Mezcla social y participación ciudadana, porque la sostenibilidad también es humana.
Por suerte, estos principios ya se han empezado a aplicar en muchos barrios gracias a proyectos urbanísticos que buscan cambiar nuestra forma de vivir y convivir. Un claro ejemplo de ello es el barrio de Valdespartera. Un barrio al sur de Zaragoza conocido como “la ecociudad”.
En este barrio, las calles anchas no están pensadas para que corran los coches, sino para que respiren las personas. La energía solar, los sistemas eficientes de gestión de residuos y su amplia red de carril bici no son extras: son parte del esqueleto del barrio.
Y quizá lo más destacable sea otra cosa: fue concebido desde el principio como un lugar accesible para todo tipo de familias. La vivienda está a coste accesible, el urbanismo integra a personas de diversos sectores sociales y además apuestan por las energías alternativas. Valdespartera demuestra que cuando la sostenibilidad se diseña desde el principio, el barrio se convierte en un aula al aire libre donde se aprende a convivir con el entorno y a cuidar de él.
Más allá de los principios: la importancia de adaptarnos
Valdespartera demuestra que la sostenibilidad no es una idea abstracta, sino algo que se puede diseñar, construir y vivir. Pero no todos los barrios tienen la oportunidad de empezar de cero con un proyecto urbanístico tan ambicioso. La mayoría de las veces, la sostenibilidad se construye paso a paso, a través de pequeñas decisiones que tomamos tanto las instituciones como quienes habitamos el barrio.
Y un ejemplo muy claro llega cada año por estas fechas. Cada noviembre ocurre lo mismo: las calles empiezan a llenarse de luces, esperando encenderse en diciembre. Los barrios se transforman en luz, pero también nos recuerdan que las luces suponen un gran gasto energético. En plena crisis energética, somos conscientes de que necesitamos cambios y, por eso, muchas ciudades de nuestro país apuestan por cambiar sus luces tradicionales por tecnología LED, ahorrando energía y haciéndonos reflexionar sobre cómo ser más sostenibles también en estas fechas.
El verdadero brillo de un barrio sostenible no está en sus luces, sino en las ideas que hacen que esas luces consuman menos. Porque si las calles están aprendiendo a consumir menos ¿qué podemos hacer nosotros para generar menos residuos?
Es por eso que el reto de noviembre es claro: reutiliza, transforma y demuestra que cada pequeño gesto cuenta. Tu alumnado y tú podéis buscar formas creativas de dar una segunda vida a los residuos navideños: reutilizad los envoltorios de regalos, las cintas o los lazos y convertidlos en nuevas decoraciones o materiales para el aula. Porque la economía circular también cabe en un lazo, un papel de regalo o un retal de cuerda.
Hacer de tu barrio un lugar más sostenible no requiere de grandes obras. Para lograrlo solo hace falta poner una mirada verde en lo más cotidiano y pensar cómo cambiar lo que ya existe. Por eso, te invitamos a revisar las características del reto de este mes y a presentar junto a tu alumnado una propuesta original que podáis poner en práctica estas navidades y que además, os permita participar en un premio de 300€ por una experiencia para tu aula.
La navidad no empieza cuándo se encienden las luces, sino cuando tenemos la intención de cambiar las cosas. Así que, invita a tu alumnado a pensar cómo lograr una navidad más sostenible.
¡Súmate al reto y haz verde tu barrio!
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