1. ¿Por qué pensar en una casa sostenible?
Las casas y los hogares se llevan construyendo de la misma manera desde hace décadas… Los espacios siguen siendo los mismos, pero no se han adaptado a las nuevas inquietudes y expectativas de quienes viven en ellos.
Hoy día, tenemos la clave para repensar los espacios del hogar, adaptándolos a los retos que nos presenta el S.XXI: el cambio climático, la sostenibilidad de los recursos empleados, la eficiencia energética o la circularidad.
Conceptos sobre los que hay que reflexionar para asegurar que los hogares tengan el menor impacto posible, tanto sobre el planeta como sobre las personas.
Por ejemplo, pensemos en una cocina, su mobiliario y sus espacios...
¿La cocina dispone de un espacio amplio y reservado para clasificar y reciclar todos los residuos que se generan a diario?
¿Hay algún mueble o espacio reservado para almacenar y reciclar el aceite usado?
¿Podríamos tener un pequeño huerto que aproveche la luz que entra por las ventanas?
PERO… ¿QUÉ ES UNA CASA SOSTENIBLE?
Una casa sostenible es aquella que se ha diseñado siguiendo unos criterios respetuosos con el medio ambiente y con las personas.
- Respetuosa con el medio ambiente: nos referimos a que los materiales empleados contaminen lo menos posible o que tengan una menor huella ambiental, que sean sostenibles, que los recursos energéticos empleados sean renovables, o que la gestión del agua sea eficiente, facilite la gestión de residuos, etc. Una casa respetuosa con el medio ambiente tiene un consumo energético casi nulo, utilizando al máximo los recursos naturales (paneles solares, geotermia…). Del mismo modo, debe tener un buen aislamiento térmico (paredes aislantes, ventanas y puertas herméticas…), para reducir el consumo de energía, ya haga frío o calor fuera.
- Respetuosa con las personas: una casa que es saludable y confortable, gracias a soluciones de iluminación y climatización, aislamiento, sistemas mecánicos de ventilación y filtración, etc. Cuando una casa es respetuosa con las personas, se respira un aire de mayor calidad, evita que entre contaminación del exterior, y evita enfermedades. También garantiza una sensación térmica estable para las personas, un buen aislamiento del ruido y sin molestas corrientes de aire. Una casa respetuosa con las personas ofrece una buena iluminación, que transmita calma y se adapta en cada espacio a las necesidades de sus habitantes, facilitando así su bienestar psicológico y la salud de sus ojos.
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