
El 22 de abril celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra, una fecha proclamada por la ONU para rendir homenaje y reconocer a la Tierra como nuestro hogar, demostrando la interdependencia entre los ecosistemas y los seres vivos que la habitamos.
¿Por qué no celebrarlo en la escuela con actividades relacionadas con la naturaleza? En esta ocasión, os damos ideas para crear vuestro propio jardín escolar.
En un mundo cada vez más digitalizado, es fundamental que niños y niñas tengan la oportunidad de conectarse con la naturaleza. La creación de un jardín o huerto escolar no solo embellece el entorno educativo, sino que también ofrece múltiples beneficios para el bienestar de los estudiantes y les ayuda a desarrollar y conocer nuevas habilidades.
La presencia de plantas y espacios verdes ayuda a reducir la ansiedad y el estrés, promoviendo un ambiente más relajado y armonioso. Asimismo, el contacto con la naturaleza mejora la concentración, lo que provocará una mejora del rendimiento académico y profesional para todos los miembros del centro educativo.
Cultivar un huerto o jardín abre la puerta a potenciar conocimientos que vemos en otras asignaturas, ya que de un modo práctico y divertido permite a los estudiantes aprender sobre botánica, nutrición o trabajo en equipo, además de desarrollar habilidades motrices y algo tan importante para los jóvenes como es la paciencia. Además, un jardín o huerto escolar fomenta la responsabilidad y el respeto por el medioambiente, enseñando al alumnado conciencia ecológica y la importancia de la sostenibilidad y el cuidado del planeta.
¿Cómo podemos crear un jardín o huerto escolar?
Si deseas implementar un pequeño (o gran) huerto o jardín en tu escuela, te dejamos una pequeña guía para conseguirlo. No obstante, te recomendamos seguir informándote y acudir a expertos para que la experiencia sea lo más fructífera posible.
- Planificación y selección del espacio: Identifica un área adecuada dentro tu centro educativo que reciba suficiente luz solar y pueda tener acceso a agua. Puede ser un patio, una azotea o incluso un pasillo que podáis acondicionar.
- Elección de cultivos: Opta por especies que se adapten al clima de tu zona y sean de fácil mantenimiento. Puedes incluir hierbas aromáticas (menta, albahaca), hortalizas (lechuga, tomate) y flores para atraer polinizadores.
- Preparación del suelo y siembra: Usa tierra de buena calidad y composta para enriquecer el suelo. Si tenéis la posibilidad, podéis sembrar directamente en la tierra o utilizar jardineras y huertos verticales si el espacio es limitado. Instalad cubos para recoger residuos en el cole que os permitan hacer vuestro propio compost; así, gracias a los residuos del día a día obtendréis un fertilizante natural que aporta a las plantas los nutrientes que necesitan.
- Mantenimiento y cuidado: Cread un calendario en el centro que os permita asignar tareas a los estudiantes para el riego, poda y eliminación de malas hierbas. Esto fomenta la responsabilidad y el trabajo en equipo.
- Incorporación en el aprendizaje: Aprovecha el jardín como una herramienta didáctica en diversas asignaturas: ciencias naturales, matemáticas, arte… ¡las posibilidades son infinitas!
Como veis, crear un jardín escolar puede ser una iniciativa enriquecedora y transformadora que os ayudará a conectar a vuestro alumnado con la Madre Tierra.
Con una planificación adecuada y la participación de toda la comunidad escolar, este proyecto no solo mejorará el entorno de la escuela, sino que también sembrará en niños y jóvenes el amor por la naturaleza y el cuidado del medioambiente.
Post anterior